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Análisis de la adicción a los Juegos Digitales (página 2)




Enviado por Annabella Domínguez



Partes: 1, 2

El término epistemología proviene del griego
epistéme (ciencia) y logos (estudio o razón), y se
puede utilizar de dos maneras: la primera en un sentido estricto
es el estudio de las ciencias en sus aspectos formales, es una
parte de la lógica del conocimiento. Para Carnal es la
lógica de la ciencia. En este primer sentido exige del
conocimiento. Para Carnal es la lógica de la ciencia. En
este primer sentido exige que los conocimientos queden
determinados e integrados en estructuras, formulables en un
cálculo. El segundo sentido no está limitado por la
exigencia formalista. Las ciencias de la cultura también son
su objeto. Con un sentido amplio, que no implica desorden, nos da
derecho a estudia los fundamentos de todo conocimiento
científico. Aquí son sinónimos epistemología
y filosofía de la ciencia.

Desde la constitución de la psicología
experimental a finales del siglo XIX (en 1879, con la apertura
del laboratorio de Wilhem Wundt en la Universidad de Leipzig),
vemos que su orientación es netamente empírica, siendo
el acto del conocimiento la explicación causal, el
método la inducción, y el objeto de estudio concebido
como un objeto natural. En ella, en efecto, podemos ver que
subyace una coherencia lógica, es decir existe una triple
adecuación entre acto, método y objeto de
investigación, pero no una coherencia epistemológica,
tal como la que venimos proponiendo, dando la insuficiencia del
enfoque para la captación de la totalidad y originalidad del
objeto, debido a que no es sólo un objeto natural sino
también histórico–social-cultural y espiritual y
que tampoco es sólo objeto, sino sujeto y de allí la
insuficiencia de esta psicología en el examen o
confrontación epistemológica (Oro, 2002, 13),
planteamientos que señalan sobre todo la enorme
problematicidad de la psicología por la resistencia de los
psicoterapeutas a fundamentar antropológicamente los
conocimientos sobre los que basan su práctica.

En efecto, Óscar R. Oro llama la atención
sobre estos dos aspectos en la presentación de las distintas
posturas psicológicas: por un lado el escaso, si no
inexistente, planteamiento antropológico, es decir que no se
explicita la idea de ser humano ni de persona con la que se
diagnostica y se prescriben los tratamientos. Y por otro lado, la
dificultad en la propuesta de cualquier técnica o
método psicoterapéutico que consiste en que el
presentado sólo está preocupado por difundir su
método y cómo se lleva a la práctica con
éxito.

Entre las concepciones humanistas y personalistas de la
psicología, la logoterapia sería quizás dentro de
las escuelas psicológicas la menos dogmática porque
está abierta a todo tipo de profundización y no
rehúye el diálogo y la confrontación con otras
escuelas. Precisamente porque el modelo de personas propuesto por
la logoterapia es integral: el hombre como un ser
bio-psico-espiritual que vive en comunidad y abierto a una
trascendencia tanto intra como trasmundana.

El planteamiento epistemológico de la
psicología podemos seguirlo históricamente teniendo en
cuenta que a finales del siglo XIX y comienzos del XX autores
como Dilthey, Jaspers, Échele, Hartmann, Marcel, Buber,
Teilhard de Chardin, Heidegger, Satre, y tantos otros, no
habían publicado sus obras capitales. El mismo Dilthey
escribió su Introducción a las Ciencias del
Espíritu en 1883, pero si profundizamos un poco en su
biografía y su obra vemos que la comunidad científica
de su época le impidió materialmente explicar sus
ideas. El texto citado constituye el primer tomo de su obra
capital, pero vivió cincuenta años más y no
logró publicar su segunda parte por la incomprensión
del medio en el que se movía la ciencia de su
época.

2.3. La adicción

Una adicción es una enfermedad física y
psicoemocional, según la Organización Mundial de la
Salud. En el sentido tradicional es una dependencia hacia una
sustancia, actividad o relación (codependencia).

Está representada por los deseos que consumen los
pensamientos y comportamientos (síndrome de abstinencia) del
adicto, y éstos actúan en aquellas actividades
diseñadas para conseguir la sensación o efecto deseado
y/o para comprometerse en la actividad deseada (comportamientos
adictivos). A diferencia de los simples hábitos o
influencias consumistas, las adicciones son "dependencias" que
traen consigo graves consecuencias en la vida real que
deterioran, afectan negativamente, y destruyen relaciones, salud
(física y mental), además de la capacidad de funcionar
de manera efectiva.

En la actualidad se acepta como adicción, cualquier
actividad que el individuo no sea capaz de controlar, que lo
lleve a conductas compulsivas y perjudique su calidad de vida,
como por ejemplo puede existir, adicción al sexo, al juego
(ludopatía), a la pornografía, a la televisión, a
las nuevas tecnologías (tecnofilia),comidas rápidas,
etc.

En el mismo plano de las adicciones, se encuentra el
alcoholismo, farmacodependencia y adicción a las sustancias
psicoactivas, que es un estado psicofísiológico causado
por la interacción de un organismo vivo con un fármaco
o sustancia, caracterizado por la modificación del
comportamiento, a causa de un impulso irreprimible por consumir
una droga o sustancia, no obstante esta es la definición
puramente bioquímica.

La adicción es una enfermedad primaria, que afecta
al cerebro, constituída por un conjunto de signos y
síntomas característicos.

El origen de la adicción es multifactorial
involucrándose factores biológicos, genéticos,
psicológicos, y sociales.

Los estudios demuestran que existen cambios
neuroquímicos involucrados en las personas con desordenes
adictivos y que además existe predisposición
biogenética a desarrollar esta enfermedad.

"Cuando se habla de adicciones, lo común es pensar
en las drogas. Pero resulta cada vez más claro que las
toxicomanías son solo una modalidad de dependencia. Hay
personas preocupadas de modo compulsivo por el sexo, el aspecto
físico, el trabajo, el juego… Con droga o sin ella, el
fenómeno tiene la misma raíz, que está en la
persona, según explica José Luis Cañas,
especialista en adicciones.

José Luis Cañas Fernández es profesor de
Hermenéutica y Filosofía de la Historia en la
Universidad Complutense (Madrid). Investiga el problema de las
adicciones desde 1993, y en 1996 apareció su primer libro
sobre el tema, De las drogas a la esperanza (Ediciones San
Pablo). Acaba de publicar el manual Antropología de las
adicciones (Dykinson, Madrid, 2004), con la intención de que
sirva de referencia teórica a los profesionales que trabajan
en la lucha contra las dependencias –en especial, a la
Asociación Proyecto Hombre–, desde una visión del
fenómeno adictivo centrada en la
persona"[15]. La rehabilitación se confunde
con abandonar el consumo, mientras que la re humanización,
además de partir de ese abandono, se dirige a transformar
las conductas personales que provocaron la esclavitud a las
drogas. El fenómeno adictivo es más amplio que la sola
dependencia de las drogas. Por eso creo que los centros
universitarios de drogodependencias y los institutos de
formación sobre drogas deberían dar una sólida
formación humanista que consiga cambios duraderos en las
personas adictas. No se sale de las drogas hablando de las
sustancias que las producen sino de las personas que las padecen.
Hay que atacar las conductas adictivas.

CAPÍTULO III

La re
humanización

La Humanidad de finales del segundo milenio ha visto
surgir la implantación de la Educación Universal, ha
proclamado con solemnidad distintas Constituciones y Cartas de
Derechos Humanos, y ha conocido como nunca antes avances
espectaculares de la ciencia, entre otros logros irreversibles.
Sin duda estos logros de Humanización han configurado un
paisaje esperanzador, pero junto a ellos no podemos olvidar la
Deshumanización que han supuesto las grandes guerras del
pasado y del presente, la esclavitud aún existente en muchos
rincones del planeta, y las no menos esclavitudes de sí
mismos que representan para millones de seres humanos en la
actualidad su dependencia de las drogas y de las adicciones. El
tercer milenio nos ha de servir para proyectar un futuro más
humano, un futuro próximo que será el tiempo de la Re
humanización o no será.

"Edmund Husserl (1859-1938) en su escrito de madurez "La
crisis de las ciencias europeas y la fenomenología
trascendental", publicado póstumamente en 1954 sobre un
manuscrito de los años 1935-36, intensificó la
meditación acerca de la deshumanización de las ciencias
tras la hecatombe espiritual provocada por la Primera Guerra
Mundial. Nada más comenzar su obra escribe: "La exclusividad
con la que en la segunda mitad del siglo XIX se dejó
determinar la visión entera del mundo del hombre moderno por
las ciencias positivas y se dejó deslumbrar por la
'prosperity' hecha posible por ellas, significó
paralelamente un desvío indiferente respecto de las
cuestiones realmente decisivas para una humanidad auténtica.
Meras ciencias de hechos hacen meros hombres de hechos […] En
nuestra indigencia vital -oímos decir- nada tiene esta
ciencia que decirnos. Las cuestiones que excluye por principio
son precisamente […] las cuestiones relativas al sentido o
sinsentido de esta entera existencia humana" . A mediados de
siglo también Karl Jaspers (1883-1969), en un tono
apocalíptico propio de las dos grandes guerras, comparó
la época científico-técnica de la energía
atómica con la primera época técnica (la
prehistoria) en la que el hombre aprendió a utilizar el
fuego, y advirtió del riesgo que corre la Humanidad: "La
pregunta por lo que puede ser del hombre a causa de la
técnica es de tal magnitud, que hoy la técnica es tal
vez el tema capital para comprender nuestra situación. No se
exagerará nunca lo bastante la importancia de la
técnica y sus consecuencias para todas, absolutamente todas,
las cuestiones de la vida"[16].

Las dos Guerras Mundiales -sesenta millones de muertos,
en su mayoría personas jóvenes- pusieron en evidencia
el drama de la violencia y la muerte en el mundo a escala
planetaria, magnitudes sin precedentes en la Historia. El
existencialismo de Jaspers, como el pensamiento existencial de G.
Marcel (1889-1973); la filosofía existencialista de A. Camus
(1913-1960) o de J.P. Sartre (1905-1980); el personalismo de E.
Mounier (1905-1950); el pensamiento dialógico (Ebner, Buber,
Haecker, Pziwara), el pensamiento humanista de Viktor Frankl
(1904-1997), y otros muchos pensadores después, surgieron en
este contexto histórico, en un intento de responder al drama
humano colocando en primer plano la idea filosófica del
sentido o el sin-sentido de la vida. En general, los
filósofos del periodo de "entreguerras" fueron muy sensibles
al proceso de deshumanización de la persona, conscientes de
que ese proceso estaba conectado con el siglo XIX y el mito del
"eterno progreso", y advirtieron lúcidamente la necesidad de
una re humanización venidera si se pretendía una
Humanidad futura en paz.

Si identificamos esta deshumanización del hombre
contemporáneo en la violencia como causa de las dos grandes
guerras, y en las adicciones como causa de la esclavitud
existencial de las personas, necesitamos que se abra paso un
nuevo paradigma de re humanización, auténtica clave
hermenéutica para la Filosofía y la Historia venidera
abierta a la utopía de la convivencia en un mundo
responsable y solidario. La Humanidad de la segunda mitad del
siglo XX, además de haber arrastrado las consecuencias de
las peores guerras de la Historia, también ha sido
deficitaria en humanización cuando se ha entregado al
nihilismo de las adicciones, y quizá por eso ha llegado al
final del siglo agotada, igual que el filón de una mina
sobreexplotada. Así como se da en la persona una alta
correlación entre ser violento y ser adicto, la violencia
colectiva de la guerra -arquetipo que diría Karl Jung-,
sería un modo de desembocar en la adicción del
vértigo de la dominación y la esclavitud a escala
estructural del sistema.

Así, pues, junto con las guerras y la violencia,
las adicciones se han convertido por derecho propio en un nuevo
paradigma existencial y, por ello, en uno de los principales
temas de nuestro tiempo. En el año 1994 la ONU estimaba ya
entonces que, al menos, cuarenta millones de personas
consumían drogas de forma regular en el mundo, de modo que
el problema se habría extendido a niveles de pandemia
llegando a todos los rincones del Planeta, y estableció como
definitivo el doble postulado de "poli consumo" y

de "inicio cada vez a edades más
tempranas"

3.1. Procesos de re humanización

"La primera pregunta que podemos plantearnos a la hora
de abordar antropológicamente el tema de las "nuevas"
adicciones es quién es la persona adicta, y en este sentido
ya podemos responder que propiamente no cabe hablar de persona
adicta "nueva" porque la persona siempre es la misma. Es decir,
que desde el punto de vista antropológico sería
irrelevante hablar de nuevas adicciones, porque en el fondo todas
las adicciones comparten el mismo estatus de la "esclavitud
existencial". De modo que siempre que hablamos desde una
perspectiva de fundamentación o de definición esencial
los jóvenes adictos de todas las épocas
compartirían el mismo suelo existencial, a saber, buscan la
felicidad equivocadamente, y viven su adicción como
condición sine qua non para ser feliz (diversión,
ocio).

Ahora bien, el joven de cada nueva generación pone
nuevos matices a la situación en la que vive, y, en este
sentido sí podemos hablar de "nuevas" adicciones. En el
contexto actual, por ejemplo, hablamos de los nuevos medios de
comunicación y, en general, de las nuevas tecnologías,
que inicialmente no se plantean tanto como un problema nuevo
adictivo en sí, de hecho comparten con todo lo novedoso el
carácter de medios y herramientas útiles para
facilitarnos la vida. El problema esencial, la cuestión de
fondo, por tanto no está en los medios en sí, sino en
su transformación adictiva por su uso compulsivo, es decir
una vez más constatamos que todas las adicciones comparten
el mismo estatuto antropológico de ser un problema de tipo
cultural, social y educacional. Por eso una salida al problema
siempre eficaz es el trabajo educativo preventivo. Por ejemplo en
la línea de la última campaña del Plan Nacional de
Drogas del verano pasado bajo el lema "piensa por
ti"[17].

 De manera que la esencia del debate sobre estas
cuestiones a mi modo de ver se debe centrar en la
vertebración que nos aporta la visión filosófica
de base, dada la importancia de la perspectiva antropológica
previa para el trabajo educativo y psicoterapéutico
posterior. Desde este enfoque entonces, y antes de entrar a
debatir sobre las adicciones emergentes, nuestra pregunta inicial
sería del tipo ¿qué modelo de persona se tiene del
ser personal adictivo?

Al tratar de responder a esta pregunta esencial lo
primero que constatamos es que la persona debe ser considerada
como una totalidad en sí, como una globalidad. Precisamente
la vida adictiva o de dependencia hace perder a la persona la
conciencia de esa totalidad, es decir de su realidad interna y
externa, lo cual explica bien su vivir fuera de lo real. Lo
decisivo entonces en toda terapia sería arbitrar medios para
que la persona tome conciencia de su realidad, que es única,
y pueda elegir si quiere permanecer en el mundo adictivo o, por
el contrario, quiere hacer la experiencia de rehumanizarse.
Sólo a partir de su "vivir en realidad" estará en
condiciones de experimentar sus limitaciones, sus conflictos y
sus problemas, para después poder resolverlos. Es decir,
tomar conciencia de la realidad personal es poner los fundamentos
necesarios para contemplarse a sí mismo no como un mero
espectador sino como auténtico actor del drama de la propia
vida, como sujeto de posibilidades de elección, de toma de
decisiones, de ser libre y responsable, de ser
autónomo.

Un esquema inicial que nos explica bien el ser de la
persona adicta sería por ejemplo el binomio
"dependencia-autonomía". ¿Es autónoma o es
dependiente la persona adicta? ¿En qué sentido hablamos
de dependencia, y en qué sentido de libertad? Nuestras
vivencias cotidianas, desde la satisfacción de las
necesidades básicas como comer o dormir hasta las más
complejas como las relaciones personales, en general varían
poco, y desde que nacemos dependemos de estímulos internos y
externos que en su mayoría son predecibles porque se repiten
con regularidad. El psiquiatra Luis Rojas Marcos constata que los
seres humanos somos por naturaleza dependientes de muchas cosas y
que la mayoría de nuestros hábitos nos aportan una
cierta dosis de seguridad en nuestra vida cotidiana y representan
dependencias y usos constructivos benignos .

La frontera entre la dependencia adictiva y la
no-dependencia estaría en hacer girar todo nuestro ser en
torno a algo o a alguien que nos anula como personas. Y entonces
hablamos de que cualquier realidad capaz de procurar placer
compulsivo puede acabar generando dependencia, aunque las
características psicosociales de cada persona son las que
determinan y modulan la vía concreta y particular hacia la
adicción. "Independientemente que el objeto de adicción
sea la droga, el alcohol, la comida, el hambre, el juego, el
sexo, el poder, la televisión, el trabajo, una
relación, o incluso la violencia sádica, los adictos se
sienten movidos por una fuerza compulsiva, irracional e
irresistible de satisfacer una necesidad inmediata" . En todo
esto hay una idea antropológica previa, la de considerar a
la persona en, desde y para la libertad personal.

La fundamentación antropológica de las
adicciones establece que la persona adicta tiene más
participación en su destino de lo que a simple vista se la
quiera atribuir, como un ser que crea el mundo y determina lo que
él es y lo que él quiere que sea. Para entender
plenamente a la persona adicta es preciso una inversión de
la visión antropológica determinista por la
concepción antropológica de la libertad y la
responsabilidad personal, como viene afirmando la mejor
investigación filosófica desde hace varias
décadas. El logo terapeuta italiano Eugenio Fizzotti
escribe: "visto en la dimensión no ética, el hombre
trasciende el plano biológico, psicológico y
sociológico. No es determinado; más bien determina
todas las cosas, se determina a sí mismo. La existencia es,
pues, subjetiva, única, singular e individual" .

La persona no puede elegir no ser persona. Ello
equivaldría siempre a una visión antropológica
reduccionista que da primacía a lo instintivo y lo
irracional de su constitución. A este nivel profundo o
planteamiento fundacional, elegir ser animal, por ejemplo,
sólo sería una metáfora literaria como hace por
ejemplo Franz Kafka de Gregorio Samsa, el protagonista de La
metamorfosis. O puede elegir la vida infrahumana del reino
vegetal, como lo desea por ejemplo Calígula al final de su
vida, en la obra homónima de Albert Camus. Diríamos que
se es persona, se quiera o no serlo.

Visión antropológica personalista.

Esta visión antropológica inicial de las
adicciones que venimos proponiendo se apoya en las
filosofías y las psicologías humanistas, entre otras
razones para ver cómo la persona-adicta comparte con todas
las personas no adictas los mismos fundamentos esenciales y los
mismos presupuestos existenciales. De hecho, la experiencia
terapéutica cotidiana es concluyente: la forma más
adecuada de trabajar con las personas adictas para que puedan
salir de la situación infrahumana en la que se encuentran,
consiste en identificar la intervención social y educativa
con procesos de re humanización.

Desde esta visión antropológica personalista
de las adicciones mi propuesta terapéutica pasaría por
sustituir el gastado concepto de rehabilitación por el de re
humanización. Rehabilitarse se confunde con abandonar el
consumo de sustancias o de las conductas adictivas sin más,
mientras que rehumanizarse, además de dicho abandono, se
vincularía a transformar conductas personales y ámbitos
de sentido de la vida personal. De modo que bajo el concepto de
re humanización englobamos una línea de
investigación antropológica que pretende fundamentar
las adicciones en todos sus aspectos teóricos, y en todo
tipo de prácticas terapéuticas esperanzadoras, para
dejar de ser personas dependientes y poder llegar a ser personas
libres.

Por todo esto, en fin, nuestra visión inicial de
las adicciones podemos llamarla "visión antropológica
personalista" porque prioriza a la persona y no al objeto droga
ni a la conducta adictiva. Abordar el problema de las adicciones
desde las disciplinas teóricas centrándose en el objeto
"droga" es otorgarle a ésta un sentido que no tiene y, de
hecho, le impide al adicto asumir su propia responsabilidad y
afrontar los cambios. Poner el objeto-droga (sustancia o
conducta) en el centro de la problemática lo que hace es dar
lugar a una visión antropológica reduccionista de la
persona adicta que dificulta enormemente su re
humanización.

Al interrogarnos acerca de quién es realmente la
persona a la que llamamos adicta, para empezar podemos quedarnos
con esta bella propuesta procedente de una experimentada terapia
rehumanizadora: "nosotros la definimos como alguien que tiene un
problema añadido"(Mario Picchi) . Por eso necesitamos
contemplar el amplio y diversificado mundo adictivo desde la
perspectiva de la re humanización.

Ciertamente de entrada constatamos que no todas las
adicciones son iguales y que existen importantes diferencias
entre ellas: las adicciones a sustancias (propiamente las drogas)
alteran el funcionamiento del cerebro, a diferencia de la
mayoría de las demás. Sin embargo, cuando nos situamos
en un plano existencial, es fácil identificar los puntos en
común entre tipos de adicciones aparentemente distintos,
porque todas conducen al mismo estado existencial de esclavitud
de la persona.

De modo que las "nuevas" adicciones, fenómenos ya a
escala de globalización, han traspasado los estrechos
márgenes de sustancias para adaptarse a cualquier
situación existencial humana de dependencia. Hablamos
entonces mejor de adicciones y no de drogas -desde la perspectiva
humanista da igual hablar de cualquier tipo de adicción-,
porque todas las adicciones conllevan el mismo denominador
común para la persona que cae en ellas: su esclavitud
existencial.

Vamos a detenernos ahora en el emergente mundo adictivo
de la realidad virtual. Para ello, lo primero en que reparamos es
que estamos expuestos a los estímulos de la televisión,
íntimamente entramada en la existencia cotidiana,
independientemente de nuestra edad, sexo, estado de salud, nivel
de educación o estrato social. Evidentemente el problema,
una vez más, comienza cuando esta exposición es
compulsiva y se confunde drásticamente la ficción con
la realidad.

Según Luis Rojas Marcos, todos los niños
normales aprenden muy pronto a percibir con claridad la
diferencia entre fantasía y realidad, entre conductas
aceptables y prohibidas. El mayor daño que causa la
televisión -dice- no se debe tanto a las imágenes que
transmite, como a su poder adictivo y al valioso tiempo que roba
a otras actividades creativas necesarias, especialmente durante
los primeros años de la vida. En este sentido, la
adicción a la televisión no crea criminales violentos
pero sí aísla, empobrece, atonta, engorda y embrutece
.

Para muchos expertos en psicopatología este tipo de
aficiones genera menores ludópatas, es decir futuras
personalidades adictivas porque todas estas actividades
irían más o menos encadenadas: los videojuegos se
trasladan de manera causa-efecto a las "tragaperras", y de
ahí a las salidas "alternativas", como el alcohol y las
pastillas de fin de semana, hay un corto espacio de tiempo. Es
interesante observar que se da una concatenación de
conductas adictivas cuya característica esencial es estar
atrapado en una espiral que no distingue entre el mundo verdadero
y la ficción, como les pasa también a los enganchados a
los juegos de rol. En la primera y segunda infancia pueden
aparecer fuertes dependencias que después van a configurar
en el ser adulto un tipo de personalidad adictiva.

Evidentemente los medios y los aparatos en sí
–televisión, videojuegos, mascotas virtuales, etc.- no
son instrumentos adictivos en sí mismos, sino que pueden
llegar a serlo por el abuso compulsivo que se haga de ellos. Pero
en todo caso está claro que para un número cada vez
más creciente de la población infante mundial pueden
derivar en una obsesión e impedir la realización de
otras actividades lúdicas más creativas.

Una vez más, lo relevante aquí es la
obsesión compulsiva de una actividad que confunde la
ficción -una cosa electrónica- con la realidad
personal. Si desde niños las personas se acostumbran a
tratar las realidades humanas como si fuesen cosas, el paso
siguiente es trivializar las relaciones humanas y condenarse de
por vida a no conocer nada importante de toda la complejidad del
ser humano. Justamente desde un modelo antropológico
personalista de las adicciones nunca se insistirá demasiado
en la necesidad de diferenciar las cosas de las personas, las
realidades objetuales de las realidades personales.

Cierto que no todo adicto sigue el mismo proceso hasta
un final crítico límite, ni por supuesto necesita
llegar a él para iniciar un proceso de rehabilitación,
pero sí es comprensible la afirmación de que la persona
adicta en el fondo padece un problema fundamental de vacío,
insatisfacción, confusión e incoherencia ética. Su
frustración existencial estaría a la base de las
experiencias de su conducta adictiva.

De manera que toda dependencia genera una situación
de soledad en la cual la persona dependiente se encuentra en una
neurótica lucha por conseguir la nada, que desembocará
antes o después en estados de angustia existencial. Buscando
vivir en libertad, la persona se vuelve en cambio ocasión de
un vivir desbandado o desmadrado, evadido de los problemas
reales.

Por eso estamos en condiciones de afirmar que sólo
podrá salir totalmente de las adicciones si encuentra
sentido a su vida. El ser humano necesita sentir la vida como
algo que emana de su interior y de su sensibilidad, a través
de las pequeñas cosas y vivencias de cada día. Es
verdad que nuestra compleja sociedad influye fuertemente en las
personas que la constituimos. Pero la sociedad no tiene la
última palabra. La última palabra la tiene la persona.
Si a cada ser humano que viene a este mundo debe serle dada la
posibilidad de tomar las riendas de su propia existencia y
dotarla de sentido, ello nos está pidiendo ya otra
definición más humana de adicción.

Las definiciones sucesivas de la Organización
Mundial de la Salud, pasando por el usual concepto de
fármaco-dependencia para expresar la relación de un
adicto con una determinada sustancia, son definiciones que no
plantean el drama esencial de los adictos, que es de tipo
existencial. Un paso importante lo dio Rozanne W. Faulkner,
cuando en 1991 definió la adicción como "un trastorno
serio y progresivo que implica la auto administración
repetitiva de una sustancia o un proceso para evitar las
percepciones de la realidad  […] y una pérdida de
habilidad para relacionarse con el mundo exterior sin el uso de
la sustancia o proceso seleccionado" , definición que ya
recoge los dos tipos básicos de dinámicas adictivas, es
decir tanto las adicciones a sustancias como las adicciones a
conductas.

Sin embargo, al menos desde un planteamiento
deshumanizador, todavía son definiciones incompletas. En un
intento de explicación más existencial, diríamos
que, en general, adicción es cualquier realidad que pueda
producir en las personas síndrome de dependencia, sin
más. Es decir, sin atender al tipo de sustancia "interna" o
"conducta externa" que produce la dependencia. De modo que
entonces podemos establecer ya una definición fundamental
más directa. Yo propongo, más acorde con la visión
antropológica personalista, la siguiente: adicción es
cualquier realidad compulsiva que hace a la persona sobre todo
esclava de sí misma.

Todas las adicciones, en efecto, serían
esclavizantes. Jacques Durand-Dassier, por ejemplo, observa que
la palabra dependiente es demasiado débil para calificar los
lazos que unen al drogodependiente intoxicado con su droga .
Dassier se refiere a los heroinómano-nos, pero desde una
fundamentación antropológica aquilatada podemos aplicar
la calificación de esclavitud a cualquier tipo de conducta
adictiva. No es desproporcionado entonces el término esclavo
si tenemos en cuenta la des-estructuración de la
personalidad a que se ve sometido cualquier tipo de
adicto.

Observemos que todos los adictos, cuando se ponen en
proceso de restablecimiento de su vida, experimentan y dicen que
se han dejado arrastrar por una "fuerza irresistible". Dirán
que sabían que se estaban descontrolando, pero que se
sentían impelidos a hacerlo de todos modos, pese a la
constante insatisfacción que esto les produce, como les
sucede por ejemplo a dos jóvenes en la película Dies
irae, de L.Dreyer. En una escena se ve a una joven y un joven que
se acercan a un lago, suben a una pequeña barca, y en un
momento concreto le pregunta él a ella: "¿A dónde
vamos a ir?" Y ella le responde con un poso de tristeza: "A donde
nos lleve la corriente…" Pero resulta que en ese lago apacible
no había ninguna corriente, es decir que esa chica estaba
aludiendo a la situación de vacío existencial en la que
ambos habían perdido el control de sus vidas. La respuesta
"a donde nos lleve la corriente" es una buena imagen de lo que
sucede con las adicciones, y en particular a los jóvenes
sobre todo con el enganche a la realidad virtual.

Las adicciones serían así sobre todo un
recurso utilizado para llenar un vacío existencial que
germina en el interior de la persona. Al principio son un medio
para un logro placentero, y posteriormente pasarían a ser un
fin, incluso hasta llegar a ser -en el caso extremo- el
único fin de la vida. Así, pues, una explicación
en clave personalista para entender la etiología de las
adicciones es el vacío existencial. Es decir, el vacío
personal que se concreta en vacío cultural y vacío
espiritual, esto es en una falta de referencias existenciales que
pondría de manifiesto una "nostalgia del Absoluto", en
expresión de George Steiner.

"Quien siente su vida vacía de sentido, no
solamente es desgraciado sino apenas es capaz de sobrevivir",
dijo Albert Einstein. Es característico de toda
adicción, donde la persona prioriza su adicción sobre
toda otra actividad, sentir que la existencia no tiene sentido.
De tal modo que el dejarse llevar por la adicción traduce al
exterior la incapacidad personal de asumir las propias
responsabilidades frente a la vida, y lo que es más radical,
su incapacidad como ser persona. La persona necesita experimentar
que su vida tiene sentido y si no es así siente su
existencia frustrada, puede caer en depresión y enfermedad
o, cuando menos, percibirse insignificante e inútil, sin
saber para qué vivir y creyendo estar de más en la
vida, es decir, experimenta un vacío existencial.

La logo terapeuta Mª Ángeles Noblejas ha
trabajado con éxito las adicciones y la prevención
desde esta perspectiva que relaciona el vacío existencial
con la droga . Considerar el problema de las adicciones desde la
logoterapia es abordar la reflexión sobre el hombre que
sufre un vacío existencial y su relación con la
sociedad. Se puede considerar la adicción como una
elección mal adaptativa a un sistema social. Es un
fenómeno que pone de manifiesto tanto las dificultades o
barreras que la persona experimenta para la vivencia de valores
como la insuficiencia y dificultad social, familiar y cultural
para permitir al sujeto escribir su propia historia
vital.

En la búsqueda de un sentido, de un proyecto vital,
la persona "asigna" a la droga esta función (es la
ilusión de un sentido). En dicha asignación concurren
tanto la libertad personal como los modelos y propuestas sociales
porque si no, como escribió Viktor Frankl al final de la
Segunda Guerra Mundial, "no es comprensible que se extiendan
tanto los fenómenos del alcoholismo y la delincuencia
juvenil a menos que reconozcamos la existencia del vacío
existencial que les sirve de sustento".

Sin embargo, el sentido no se asigna, no se otorga; se
descubre, se encuentra en el mundo, en el lugar donde cada
persona desarrolla su existencia. La persona adicta de hecho lo
que va profundizando en su vida es el círculo "vacío
existencial – adicción". Así, podemos considerar
con el Dr. Jerónimo Acevedo que la adicción "es la
fractura de un proyecto de vida porque hay algo que altera o
impide al hombre encontrarse a sí mismo y con los
demás" .

Estructura constitutiva de la persona.

La búsqueda de fundamentos antropológicos de
las adicciones, sin pretenderlo de antemano, nos ha llevado hasta
desembocar en el planteamiento estructural clásico de que la
persona es una unidad físico-psico-espiritual, planteamiento
que llegaría a nuestro momento presente, incluso en autores
herederos del pragmatismo americano actuales como Lou Marinov .
Sólo por esa profunda unidad antropológica podemos
entender que el alcoholismo, la ergopatía, la
ludopatía, la sexo adicción, etc. además de ser
patologías psíquicas y comporta mentales caracterizadas
por la dependencia, sobre todo son vacíos existenciales.
Esta perspectiva esencial de unidad nos permite entender
correctamente que esas patologías tienen por fundamento un
deterioro ético localizado en una deficiente gestión de
la dimensión biográfica espiritual personal.

Tratar de obviar o ignorar el déficit del
espíritu de la persona adicta, y quedarnos sólo en los
niveles físico y psíquico, conlleva eliminar el
reconocimiento de la propia responsabilidad en la
construcción del yo. Por el contrario, afirmar la
dimensión espiritual del ser humano implica que la mayor
parte de las conductas adictivas y las conductas compulsivas
nacen de hábitos de comportamiento del que las personas
singulares son sus responsables últimas. En este sentido
quizá falta por hacer aún una "psicología de la
responsabilidad", que devuelva al ser humano singular a su
realidad personal concreta, sin hacerlo depender de sus
condiciones genéticas, ambientales, instintos,
irracionalismos o cualquiera otra instancia suprema última
que no sea su libertad.

Mi propuesta antropológica quisiera concluir
insistiendo en que estos fundamentos
ético-antropológicos serían la piedra angular de
la estructura constitutiva del ser humano y, por tanto, del ser
humano adicto. Y, sobre todo, en que esta explicación
antropológica rehumanizadora de la persona tiene que
desembocar necesariamente en una filosofía de la
esperanza.

Por ello, termino citando de nuevo a George Steiner. Al
comentar un impresionante caso real, que nos hace reflexionar
sobre la condición esperanzada de la persona, concluye
Steiner: "Bajo Brezhnev -que no era lo peor, era grave pero no
era Stalin- había una joven rusa en una universidad,
especialista en literatura romántica inglesa. La metieron en
un calabozo, sin luz, sin papel ni lápiz, a causa de una
delación idiota y completamente falsa, ni falta hace
aclararlo. Conocía de memoria el Don Juan de Byron (treinta
mil versos, o más). En la oscuridad lo tradujo mentalmente
en rimas rusas. Sale de la prisión habiendo perdido la
vista, dicta la traducción a una amiga y ésa es ahora
la gran traducción rusa de Byron. Ante ello, me digo varias
cosas. En primer lugar, que la mente humana es totalmente
indestructible. En segundo lugar, que la poesía puede salvar
al hombre. Hasta en lo imposible. En tercer lugar, que una
traducción, incluso con la imperfección humana, traduce
lo que traduce, lo cual es otra manera de decir que hay una
relación entre lenguaje y realidad. Y en cuarto lugar, me
digo que debemos ser felices".

Ante relatos existenciales así, fácilmente
caemos en la cuenta de que estamos en presencia de una definitiva
categoría filosófica constitutiva de la persona y, por
tanto, imprescindible para comprenderla en toda su complejidad.
De hecho, el tema de la esperanza está latente en muchos
intentos de la Filosofía contemporánea, exponente del
humus existencial que atraviesa los más diversos temas
filosóficos actuales, quizás como no lo había
estado nunca antes a lo largo de la Historia del pensamiento
universal. 

CAPÍTULO IV

La adicción a los juegos
digitales

"A la entrada de Facebook en Wall Estrete debe seguir un
intenso debate en la calle sobre el enorme impacto de las redes
sociales en los niños, según Jim Steyer, experto
estadounidense en el tema.

Steyer, fundador de Common Sense Media, un centro de
estudios que aborda los medios de comunicación y las
familias, dijo que la tecnología que Facebook representa
tiñe "un enorme impacto" en los niños, las familiar y
las escuelas de todo el mundo"[18].

"Necesitamos tener un gran debate nacional, si no
global, sobre los pros y los contras de esta cuestión", dijo
Steyer en una entrevista a la agencia de noticias AFP.

Mientras que las redes sociales como Facebook, Google y
Twitter ofrecen 2estraordinarias posibilidades" en ámbitos
como la educación, "también hay desventajas reales en
las formas de desarrollo social, emocional y discursivo",
señaló Steyer, padre de cuatro hijos, que también
es abogado de Derechos Civiles y profesor de la Universidad de
Standard.

"Con suerte, después de la euforia de las salida a
bolsa y tras la valoración que se ha hecho de Facebook,
entonces podremos tener sobre la marcha una seria discusión
sobre lo que esto significa",
refirió"[19].

Steyer promueve su recién publicado Libro Volviendo
a Facebook: guía de sentido común para criar niños
en la era digital, en el que aboga por una mayor
participación de los padres en las vidas de sus hijos en
internet.

"Nos guste o no, los niños están pasando
muchos más tiempo con las redes sociales y la
tecnología del que están con sus familias o en la
escuela", tanto como ocho horas al día en promedio en Estado
Unidos, advierte en el libro"[20].

4.1. La adicción net

La adicción o dependencia se define como el "estado
mental y físico patológico en que uno necesita un
determinado estímulo para lograr una sensación de
bienestar." (Diccionario Vox online). Cuando escuchamos la
palabra adicción, casi automáticamente pensamos en
dependencia de drogas o alcohol. Pero cuidado, ya que podemos
tener un niño adicto a los juegos de video en nuestro hogar.
El cambio en nuestro estilo de vida y el aumento en la
tecnología han llevado a los niños a relacionarse
más con este tipo de pasatiempo, dejando a un lado otros
métodos de diversión así como los deportes, los
juegos de mesa en familia y los juegos con sus amigos entre
otros. Además, muchos niños utilizan los videojuegos
como mecanismos de escape a dificultades en la escuela o en el
hogar obstaculizando así el desarrollo adecuado del
niño ya que confunden la realidad con la fantasía,
especialmente durante los primeros 5 años de vida.
¿Como sabemos si nuestro hijo es adicto a los video
juegos?

El niño parece estar en trance cuando juega, tenso,
con mandíbulas apretadas, ojos fijos al televisor , no
responde cuando se le llama y pierde interés por otras
actividades propias de su edad o a las que usualmente practicaba
y hasta por comer.

4.2. Ayuda al adicto

Prémielo por su conducta o
cooperación –
Establezca el uso de los video
juegos como un privilegio no como un derecho
automático.

Cambie y establezca el horario de juego con
periodos de descanso –
Puede facilitar la
limitación del tiempo de juego y le ayuda a relajar
sus músculos y descansar la vista.

Elimine la rutina y hágalo una
ocasión especial –
Comparta usted jugando con
ellos (a su vez conoce de que se trata cada juego), invite
amiguitos a jugar con ustedes.

Desvíe su atención hacia otras
actividades –
Llévelo a practicar deportes que le
gusten, así puede sobresalir en ellos y recibir la
gratificación de poder que sienten cuando dominan un
video juego.

Busque ayuda profesional – Antes que la
situación se vaya de control.

4.3. Síntomas de adictos a
videojuegos

  • Compras al menos un Juego por
    semana
    .

  • Tu único motivo para trabajar es poder
    comprar juegos
    . Estas esperando que llegue final de mes
    para ir a tu tienda de videojuegos y gastarte tu dinero en
    las últimas novedades.

  • Compras juegos a los que sabes que no
    jugarás más de dos veces
    . Si a pesar de saber a
    ciencia cierta que no es el tipo de juego que más te
    gusta, no puedes evitar comprarlo.

  • Sientes mucha presión en tus relaciones de
    pareja porque te quitan tiempo para poder jugar
    . Si
    piensas más cuando podrás jugar o recuerdas mejor
    la fecha en que compraste tu consola que cuando conociste a
    tu novia.

  • Cuando no juegas estas pensando cuando
    podrás hacerlo o estás leyendo sobre juegos
    . Si
    eres un asiduo lector de esta página y te conoces los
    nombres de todos los editores.

  • Ya no ves Televisión. Al menos nada que
    no tenga que ver con jugar a tus juegos o programas de
    televisión que hablen sobre ellos.

  • No comes cuando tu cuerpo te lo pide, sino cuando
    el juego te lo permite
    . Si estas delirando a consecuencia
    del hambre, pero no puedes dejar esa partida a medias hasta
    que acabes esta pantalla.

  • Tienes que mudarte de casa debido a tu gran
    colección de juegos
    . Todas esas ediciones especiales
    ocupan demasiado espacio en tu pequeño piso.

  • Tus conversaciones fuera de los juegos son muy
    limitadas
    e incluso te sientes fuera de lugar.
    ¿Crisis?, ohhh Time Crysis!!!, ya me lo he
    pasado.

  • La única limpieza que realizas es la de tus
    consolas
    . Todo buen jugador sabe que el polvo es un gran
    enemigo de los equipos electrónicos.

4.3. Realidad de los juegos
electrónicos

Cualquier producto que les vaya a servir para
desarrollar sus habilidades, siempre que estén dentro del
margen de la edad recomendada. Un niño de 12 años no
debe recibir un videojuego recomendado para 18 años, porque
es contraproducente. En el mercado hay bastantes juegos que son
ideales para los chavales, y algunos como el 'Brain Training'
permiten desarrollar sus habilidades intelectuales e incluso
practicar inglés. Hay que procurar que el juego
electrónico sea educativo, pero también divertido
porque si no les entretiene no lo van a utilizar.

El uso debe ser racional, y es función de los
padres educarlos en el uso responsable del móvil y de
cualquier otro aparato electrónico que tengan en casa. Si lo
utilizan en exceso caerán en la adicción y estarán
todo el día pendientes del aparatito. Hace unas semanas un
padre comentaba tras una charla en un colegio que su hijo, de 13
años, se llevaba el móvil todas las noches a la cama,
pero que no hablaba con nadie porque él no le oía.
Seguramente su hijo tendrá el sonido apagado y el
teléfono en modo vibrador, y muy probablemente por la noche
algún amigo le mandará un mensaje, quizá a las
cuatro de la mañana, que él muy probablemente
contestará. De esa forma, no descansará adecuadamente
por la noche. Además, si el niño no recibe ningún
mensaje se sentirá estresado porque pensará que nadie
se acuerda de él. Por eso, es recomendable que el móvil
esté por la noche apagado y en un una zona común de la
casa, fuera del alcance de los niños; por ejemplo en el
recibidor, el salón o la cocina.

Las videoconsolas parecen excelentes, siempre que se
utilicen de forma adecuada y no sirvan para pasar todo el
día pegados a la pantalla. Por supuesto que tienen valor
educativo, y mucho, pero depende de su uso. El valor educativo y
moral de juegos que consisten en matar ancianitas o a personas de
raza negra a base de golpes de bate de béisbol en la cabeza
es nulo. Y en el mercado existen juegos de este tipo. Por eso los
padres deben estar pendientes del tipo de juegos que utilizan sus
hijos.

Pero además, la videoconsola fomenta el uso
compartido de juegos entre hermanos. Si juegan al fútbol,
por ejemplo, suelen hacerlo al menos dos. El karaoke es otra
opción que permite a toda la familia pasar una tarde
divertida haciendo el tonto.

Sin ninguna duda, la tecnología es bastante cara.
Si ellos tienen dinero porque pueden ahorrarlo lo ideal es que se
paguen sus propios juegos.

Sí, por supuesto que maleducan, y mucho, cuando se
utilizan incorrectamente. Si los hijos se pasan tres horas
'chateando' con el messenger, jugando con 'la Play',
navegando por Internet o enviando mensajitos con el móvil se
estarán maleducando ellos mismos y, lo que es peor, les
estarán maleducando los adultos porque les permiten que
hagan algo que no deben hacer.

La adicción se evita con sentido común. Hay
algunas normas básicas de comportamiento que se deben tener
en cuenta. Por ejemplo, los aparatos electrónicos no deben
estar nunca en sus habitaciones, sino en una zona común como
la sala de estar. Los niños deben ser conscientes de que no
son bienes individuales, por mucho que se los hayan traído
los Reyes Magos, sino un bien colectivo de toda la
familia.

Es esencial distinguir entre el uso, el abuso y la
adicción a la tecnología. Uso es utilizar el ordenador
o cualquier otro dispositivo electrónico durante una o dos
horas un día, para pasar el rato. Abuso es utilizar ese
dispositivo durante cinco, siete o nueve horas ese día. La
adicción, que es contra lo que se lucha en 'Adicciones
Digitales', consiste en pasarse 'enganchado' a esos juegos siete
horas siete días a la semana.

4.4. Enfermedades causadas por juegos
digitales

"Unos médicos suizos han prescrito a una niña
de 12 años la abstinencia total de videojuegos durante una
decena de días para curar la inflamación de la piel de
las manos provocada por el uso excesivo de un mando de
videoconsola.

La nueva afección fue bautizada "Palmare
Playstation Hidradenitis" y fue detallada en la revista
especializada British Journal of Dermatology por el profesor
Vincent Piguet, del Hospital Universitario de Ginebra
(HUG).

La niña presentaba lesiones dolorosas en la palma
de las manos desde hacía cuatro semanas. Se trataba de
grandes nódulos rojos muy espectaculares", explicó
Piguet a la agencia suiza ATS"[21].

Los médicos tardaron en descubrir que la niña
pasaba horas jugando con la videoconsola a escondidas de sus
padres.

Piguet y su equipo llegaron a la conclusión de que
la crispación de las manos en el mando y el hecho de apretar
frenéticamente las teclas provocaron minúsculas heridas
cutáneas, que podrían haberse agravado con la
transpiración.

La niña cumplió los 10 días de
abstinencia de PlayStation y sus lesiones desaparecieron. Se
trata del único caso registrado al día de
hoy.

"Una noticia trágica tiñe de negro el mundo de
los videojuegos. Esta vez ocurrió en China, donde una
persona falleció por una afección cardíaca
después de haber jugado por más de 3 días seguidos
en un cyber, según trascendió en el medio Chino
Beijín News.

El hecho ocurrió frente a la computadora cuando el
hombre se desplomó y murió antes de llegar al Hospital.
El local donde ocurrió la tragedia abrió nuevamente
horas después.

Este caso se suma a una lista que lentamente aumenta,
sobretodo en países de Asia como China, Corea, donde
factores como la expansión de la banda ancha, la posibilidad
de tener acceso sin límites a juegos en red, y el hecho de
que este tipo de actividades se toma como un deporte nacional
-donde jugadores profesionales pueden ganar hasta 100.000
dólares estadounidenses anuales-, hacen que la gente se pase
de la raya y ponga en peligro su propia salud.

Entre las medidas adoptadas para frenar el problema,
Beijing prohibió la apertura de nuevos cibercafés este
año y creó varios centros de rehabilitación para
adictos a la Red"[22].

Esta problemática merece una reflexión.
Personalmente creo que si bien hay juegos que tienden a necesitar
una demanda muy alta por parte del jugador, no dejan de ser
juegos. No creo que los juegos sean una enfermedad, sino que es
el contexto social de cada individuo el que determina su forma de
actuar. Así como un FPS no necesariamente te enseña a
matar (porque manejar un arma en la vida real es muy diferente a
manejar un Mouse), si alguien pierde la cabeza por un juego, no
creo que éste sea el factor determinante. Hay muchos otros
factores que hacen que un tipo juegue 3 días seguidos sin
dormir o comer. Igualmente, pienso que sería interesante
hacer prevención en los cibercafés para que las
personas no se internen por días y pongan en riesgo su
salud.

Este es un ejemplo del fanatismo y de cómo los
jugadores profesionales son tratados en países
asiáticos. ¿Ustedes qué medidas tomarían para
prevenir este tipo de incidentes.?

Conclusiones

1. Los juegos digitales provocan enfermedades que pueden
llevar hasta la muerte, por lo que se no es recomendable no
abusar de los mismos.

2. La re humanización en cuando a las adicciones
regenera a los adictos porque lo que se busca es un estudio para
evitar la adicción, siendo esto un acto
humanitario,

3. La persona adicta no repara en los daños que le
puede causar la adicción, ya que actúa para satisfacer
su adicción.

4. Los terapeutas buscan la cura de las adicciones,
desempeñando un trabajo médico
psicológico.

Recomendaciones

  • Se debe buscar la ayuda del terapeuta para buscar la
    cura a las adicciones, de lo contario es difícil
    solucionar el problema del adicto.

2. La re humanización debe ser necesaria, ya que
estas personas actúan en forma humanitaria para aliviar las
adicciones sean de cualquier tipo.

3. Las adicciones a los juegos digitales deben ser
tratadas, ya que provocan enfermedades nerviosas a niños y
mayores, las cuales pueden llevar hasta a la muerte.

4. Se debe buscar la ayuda de grupos de terapeutas para
solucionar o dar solución a los casos de las adicciones,
pues éstos buscan ayudar al adicto y regenerarlo para lleve
una vida normal.

Bibliografía

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    del Colegio de Abogados de Lima.
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  • NAVARRO BATRES, Tomás Baudilio. (1990): Las
    drogas, un problema universal.
    Guatemala. Tipografía
    Nacional.

 

 

Autor:

Silvia Annabella Domínguez
Higueros

Guatemala, junio de 2012

[1] Cañas, José Luis.
Antropología de las adicciones. Pág. 19.

[2] Ibid.

[3] Cañas, José Luis. Ob. Cit.
Pág. 20.

[4] Ibid.

[5] Cañas, José Luis. Ob. Cit.
Pág. 22

[6] Cañas, José Luis. Ob. Cit.
Pág. 39.

[7]
www.publispain.com/drogas/signos_o_sintomas_de_adiccion.html

[8] Cañas, José Luis. Ob. Cit.
Pág. 40.

[9] Ibid.

[10] Navarro Batres, Tomas Baudilio. Las
drogas un problema universal. Pág. 6

[11] Romero, Thelma Esperanza. Uso de
fármacos, drogas o estupefacientes, desde el punto de
vista médico leal y su regulación en el Código
Penal. Pág. 12..

[12] Cañas, José Luis. Ob. Ct.
Pág. 187.

[13] www.psicoactiva.com/drogas.htm

[14] Caás, José Luis. Ob. Cit.
Pág. 192.

[15]
www.interrogantes.net/jose-luis-canas

[16]
www.logoterapia.com.mx/articuloDetalle.php?IdItem=22

[17]
es.scribd.com/doc./36132163/El-reto-de-volver-a-ser

[18] Prensa Libre. 14 de mayo 2008. Pág.
58.

[19] Ibid.

[20] Ibid.

[21]
www.taringa.net/posts/salud-bienestar/2221865

[22]
weblogs.clarin.com/…/otra_muerte_causada_por_un_videojuego

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